La cinematografía noruega no llega con mucha asiduidad a las pantallas españolas aunque últimamente se está viendo algo más de su producción...

Título:	MIL VECES BUENAS NOCHES
Tit. Orig.:	TUSEN GANGER GOD NATT
Nacionalidad:	NORUEGA, SUECIA, IRLANDA, 2013
Dirección:	ERIK POPPE
Guión:	ERIK POPPE, HARALD ROSENLOW-EEG, KIRSTEN SHERIDAN
Fotografía:	JOHN CHRISTIAN ROSENLUND
Música	ARMAND AMAR
Interpretes:	JULIETTE BINOCHE, NIKOLAJ COSTER-WALDAU, MARIA DOYLE KENNEDY, LAURYN CANNY, CHLOË ANNETT, LARRY MULLEN JR., MADS OUSDAL, DENISE McCORMACK, CARL SHAABAN, STEPHEN MULLAN
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 16 AÑOS
Duración:	115 MINUTOS

 Por  JOSÉ MONTESINOS

     La cinematografía noruega no llega con mucha asiduidad a las pantallas españolas aunque últimamente se está viendo algo más de su producción. Dentro del cine que se suele hacer allí hay de todo un poco, aunque abundan los policiacos y el cine fantástico, pero eso no quiere decir que no se realicen otros géneros como es el caso de esta película. En esta ocasión se ha elegido la opción de la coproducción con Irlanda y Suecia.
  Erik Poppe ha sido el encargado de coescribir el guion y además de llevar a cabo la dirección. Se trata de su cuarto largometraje y primero que vemos por estos lares.
  Narra la historia de Rebecca, una estupenda reportera gráfica, que trabaja para una revista en zonas de conflictos armados. Esta fotógrafa se ha agenciado a través de los años de un nombre y sabe cómo hacer bien su labor, arriesgando incluso su vida por sacar una instantánea.
  En el último trabajo es herida por lo que regresa a casa y entonces comienza el drama para esta mujer ya que tanto su marido como sus dos hijas pequeñas le dan un ultimátum, o ellos o su profesión.
  En el guion se pone de manifiesto el valor inquebrantable de las personas que pertenecen a esta arriesgada tarea, poniéndose de manifiesto muchas veces el valor  que deben tener para estar en primera línea de batalla.
  En este sentido los guionistas confeccionan una historia que es el fiel reflejo de lo que muchos profesionales de la fotografía hacen a diario, cómo se juegan su vida ante el peligro, mostrándonos si realmente merece la pena arriesgarse tanto.
  La historia se sustenta gracias a un sólido guion, en el que se hace una radiografía de cada uno de los personajes que intervienen para, una vez trazados éstos, conducirlos después hacía el abismo a la hora de tomar sus decisiones.
  La dirección de Poppe no se resiente para nada, se sigue con interés el relato aunque posea algunos bajones de ritmo, lo que hace que se ralentice el devenir de una tama en la que se involucra el espectador con facilidad, ya que ésta hace que nos mantengamos interesados hasta el final.
  El film gana enteros al tener como principal protagonista a la siempre interesante Juliette Binoche, sobre la que recae todo el peso dramático, saliendo airosa una vez más y sabiendo estar en todo momento ante la cámara, ya sea en las secuencias de acción como en la parte más dramática.
  Tras ella está el actor de origen escandinavo Nikolaj Coster-Waldau, que tras su intervención en la interesante “Headhunters” se ha hecho un hueco en el cine norteamericano, aunque no por ello ha abandonado sus raíces. Aquí su personaje permanece en un segundo plano aunque es el detonante del devenir de la trama.
  Destacar la bella fotografía de John Christian Rosenlund, que saca provecho de todo el entorno en el que se ha rodado, tanto en la parte bélica como en la más íntima.

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