El policiaco hoy día ha adquirido unas características que son muy distintas a las del cine de este género de los años 40 y 50 del pasado siglo...

Título:	CAMINANDO ENTRE LAS TUMBAS
Tit. Orig.:	A WALK AMONG THE TOMBSTONES
Nacionalidad:	EE.UU., 2014
Dirección:	SCOTT FRANK
Guión:	SCOTT FRANK. Basado en la novela escrita por LAWRENCE BLOCK
Fotografía:	MIHAI MALAIMARE JR.
Música	CARLOS RAFAEL RIVERA
Interpretes:	LIAM NEESON, DAN STEVENS, DAVID HARBOUR, KIM ROSEN, BRIAN "ASTRO" BRADLEY, MAURICE COMPTE, PATRICK McDADE, LAURA BIRN
Censura:	NO RECOMENDADA PARA MENORES DE 18 AÑOS
Duración:	114 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

   El policiaco hoy día ha adquirido unas características que son muy distintas a las del cine de este género de los años 40 y 50 del pasado siglo, en el que todo se vuelve acción, persecuciones, disparos, tráfico de droga o de armas, generalmente llevado a cabo por bandas del Este de Europa.
 La película que hoy comentamos se enclava más en el género clásico, que no es frecuente en estos momentos, por lo que llama la atención en este sentido.
 En este caso los malvados son dos asesinos en serie que actúan para hacer el mal y obtener beneficio de ello secuestrando a personas, pidiendo el rescate por ellas y terminan asesinándolas.
 La acción se sitúa en 1999. El expolicía de Nueva York Matt Scudder, que trabaja como detective privado sin licencia y actúa al margen de la ley, se encarga, en contra de su voluntad, de ayudar a Kenny Kristo, un traficante de drogas en una investigación acerca del misterioso secuestro de su esposa por la que ha pagado un elevado rescate y se ha la encontrado muerta y descuartizada, lo que resulta ser uno más del patrón de una serie de crímenes que se vienen repitiendo.
 Kenny desea que los atrape para tomarse venganza, pero Scudder tratará de que los asesinatos no se vuelvan a repetir.
 TJ un joven huérfano e indigente, aficionado a detective, le ayuda en sus pesquisas.
  Estamos ante un oscuro thriller cuyo guion se basa en la novela de igual título del escritor norteamericano Lawrence Block publicada a comienzo de los años noventa, que supone la décima entrega de una serie compuesta por 17 títulos con el mismo detective protagonista en busca de redención por haber sido alcohólico, lo que le llevó a dejar el cuerpo tras haber matado, accidentalmente, a una niña.
 En la línea de famosos detectives de novela negra como Philip Marlowe o Sam Spade, Scudder es un ser torturado por sus errores del pasado que intenta compensar con sus ayudas a gente en dificultad, recibiendo regalos a cambio, y a pesar de los obstáculos que encuentra siempre sigue adelante. Son las premisas de esta historia siempre en una tensión constante.
 Scott Frank, guionista entre otros films 'Cómo conquistar Hollywood' (1995) y 'Un romance muy peligroso' (1998) siendo nominado al Oscar por este último, debutó en la dirección con 'The Lookout' (2007) y ahora siete años después vuelve a dirigir un largometraje con 'Caminando entre las tumbas' (2014), con el que regresa de nuevo al cine de la vieja escuela al estilo de los clásicos del género negro.
 La adaptación que lleva a cabo de la novela es bastante fiel, pero trasladando la acción al final de los años noventa y enriqueciéndola con algunas cosas de su propia cosecha.
 Esta historia encaja perfectamente en el tipo de personaje que últimamente viene haciendo el actor irlandés Liam Neeson, aquí encarnando a un hombre destrozado en algunos aspectos, sumido en una soledad autoimpuesta, lleno de remordimientos, que conserva una cierta moral y dignidad.
 La cinta se ajusta a un cine policiaco más clásico, introspectivo, centrado en la investigación a la antigua usanza, tirando de los hilos hasta llegar a deshacer la madeja del misterio que encierra la terrible historia.
 Cuida mucho el aspecto de los secundarios escarbando en las almas de los mafiosos lo que enriquece la base en la que se asienta la realización de Scott Frank, siendo un acierto la elección de los actores, que están todos muy bien, haciendo creíbles los personajes que pasan desapercibidos en la atmósfera oscura de la sociedad que refleja una fotografía que invita a la amargura.
 El guion a veces se pierde en algunos meandros que alargan un poco el metraje, no obstante resulta un producto eficaz que mantiene el interés del espectador en todo momento.

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